artículos revista2012 revistatordesilos@hotmail.com fecha límite 30/6/12

viernes, 27 de enero de 2012

CUANDO SALI DE CUBA

Cuando salí de Cuba, los sentimientos más inmediatos me empujaban hacia la necesidad de escribir lo que había visto y sentido. Pero cuando vuelves a la vida normal y regular de todos los días, comienzan las prisas, los trabajos pendientes, las llamadas telefónicas,….. y vas dejando aparcada esa ansiedad que te ahogaba y que creías que era necesario exportarla a la sociedad occidental.

Pasados unos meses, la ansiedad da paso al sosiego y la reflexión puede ser más serena y objetiva.

Cuando éramos jóvenes nos transmitían una idea de Cuba de ser un país cercano pero muy distante ideológicamente. Cuando vas formando tus propias ideas aparece un sentimiento de rebeldía y complicidad con este país que poco a poco se ha ido desvaneciendo y que se ha derrumbado cuando salí de Cuba.

Cuba se quedó anclada en el pasado el año de la Revolución. En aquellos momentos era necesaria esa Revolución donde desapareció un sistema capitalista y semifeudal dando paso a una sociedad igualitaria y socialista. En teoría una situación social justa donde desaparecen las clases sociales y se iguala el poder adquisitivo de todos los ciudadanos. Pero se pierde la propiedad privada y todo pasa a manos del Estado.

Las carreteras, las calles, la vida,… siguen inundadas con las soflamas socialistas. En las fábricas se sigue infundiendo el espíritu de la revolución. A los trabajadores de las fábricas se les lee el periódico oficial mientras trabajan, o se les “informa” de las noticias que son importantes para el sistema.


En Cuba todo permanece igual desde el año 1.959, o peor. La agricultura se cultiva con maquinaria de aquellos años o con caballerías y la poca industria existente en aquellos años ha desaparecido. Gran responsabilidad de esta desaparición ha sido debida al bloqueo a que ha sido y está siendo sometida la isla por los Estados Unidos. Las ciudades están viejas, sucias y mal conservadas.

Pero no todo es negativo de ese país. Hay que destacar el valor humano de la población. Es gente muy amable, agradable y con inmensas ganas de comunicación con los visitantes. Es a través de las conversaciones con los turistas su contacto con el mundo exterior. Las ciudades, aunque descuidadas, conservan ese ambiente sugerente del siglo pasado. Encuentras un edificio semiderruido y a pocos pasos encuentras una plaza muy cuidada.
La isla contiene todo lo que se puede pedir a un país: bosques tropicales, playas paradisiacas, naturaleza impredecible, un clima maravilloso y hasta peligrosos huracanes.

Cuba es un país comunista con una economía socialista donde el Estado lo controla todo. Pero solo en teoría. Todos los cubanos tienen derecho al trabajo y todos cobran un sueldo sin grandes diferencias como ocurre en el sistema capitalista. Cuba tiene 2 monedas: el peso cubano y el CUP o peso convertible. El peso cubano es la moneda nacional y es la moneda de cambio entre la población. Todos los trabajadores del país cobran en pesos cubanos una remuneración que oscila entre los 300 y 500 pesos. El peso convertible es la moneda de cambio que deben utilizar extranjeros y turistas. Un euro equivale a 1,20 pesos convertibles. Y un peso convertible equivale a 12 pesos nacionales o cubanos. Aplicando estas conversiones se deduce que el sueldo mensual de un trabajador cubano es de unos 14 euros.

Todo trabajador tiene derecho a una asignación alimentaria mensual de de ¼ de pollo, 1 Kg de arroz, azúcar y huevos. Esos alimentos tienen un precio muy económico, se paga en pesos cubanos y se controla en la cartilla de racionamiento familiar. Paro esa asignación es insuficiente para poder sobrevivir durante todo el mes y para comprar el resto de alimentos hay que buscarlos donde se puede. Entonces aparece el mercado negro y el “extraperlo”. En ese mercado los precios se disparan y se paga con pesos convertibles. ¿Cómo un cubano puede comprar alimentos a unos precios desorbitados con un sueldo de 30 pesos convertibles? Esa situación induce al cubano a agudizar el ingenio y al trapicheo para poder conseguir recursos para sobrevivir. La consecuencia de esa situación es que en Cuba hay una economía oficial socialista y una economía sumergida capitalista que multiplica no se sabe cuantas veces a la economía oficial. Por consiguiente, puede afirmarse que la economía cubana es una gran mentira basada en una situación que la clase política está manteniendo ficticiamente y que más pronto que tarde se desmoronará. La clase política es conocedora de esa situación y son incapaces de cambiarla. Para salir de esa situación debería comenzarse por permitir y/o legalizar la propiedad privada aunque sea en pequeña escala. De este modo el trapicheo disminuiría y el comercio entre particulares se legalizaría, aumentaría la productividad y el rendimiento de los trabajadores y, como consecuencia más inmediata el producto interior bruto del país se incrementaría.

Puede afirmarse que Cuba no tiene industria y ni siquiera produce los productos básicos que consume la población. El bloqueo por parte de Estados Unidos impide la adquisición de medios de producción y de tecnología para poder implantar fábricas y poder generar recursos. Se trata de una consecuencia derivada del sistema político y que, como casi siempre, quien sufre las consecuencias son los ciudadanos. Mientras el sistema comunista de los hermanos Castro continúe con esa situación de mirarse al ombligo y no permita pluralidad política y libertades sociales, el embargo y restricciones al desarrollo continuarán y los cubanos seguirá sufriendo la falta de productos básicos.
Hasta la desaparición de la URSS, Cuba tenía una relación comercial estable con el bloque comunista que le permitía exportar su producción e importar los productos de los que carecía. Pero desde principios de la década de los 90 esa relación comercial ha ido decayendo y el principal ingreso de la isla en la actualidad es el turismo. La agricultura sigue funcionando en su estadio más tercermundista; ¿como se puede ser competitivo utilizando tractores con ruedas de hierro?. Es sorprendente que el país sobreviva casi sin nada.

El pueblo cubano, y es la página más triste de este relato, no tiene libertad de expresión. Es doloroso acercarse a conversar con un cubano en la calle y ver que lo primero que hace antes de comenzar a hablar es examinarte y mirar alrededor. Cuando comprueba que no hay nada extraño se convierte en una persona con unas ganas inmensas de charlar, transmitir sentimientos y recibir noticias del exterior.
De los conversaciones que he mantenido con muchos cubanos, creo que el 50% de la población está a favor del sistema político y el otro 50% opina que es necesaria una inmediata apertura política.


El transporte cubano está nacionalizado. El transporte de viajeros se realiza en viejos autobuses y en cualquier vehículo que pertenezca al Estado. Los autobuses no circulan por todos los pueblecitos cubanos. Si una persona quiere trasladarse desde un lugar a otro, debe caminar hasta una ruta por donde pase el autobús y esperar a que sea recogido por el mismo. Las caminatas pueden ser de varios kilómetros. Hay muchísimas personas a lo largo de las carreteras principales esperando medios de transporte, haciendo “autostop”,….. o simplemente pasando el rato.

Es curioso ver matrículas de 3 colores diferentes: color amarillo, que identifica al vehículo de propiedad estatal; color azul, que identifica al vehículo privado y color rojo que identifica al vehículo de empresas vinculadas. Todos los vehículos con matrícula de color amarillo están obligados a trasladar a los ciudadanos que están haciendo autostop. Se ve frecuentemente a los camiones con la caja trasera repleta de personas.
Hay vehículos que son de propiedad particular y es en uno de los gremios que más ingenio ponen los cubanos. Hay muchos vehículos de los años 50 que deberían estar en los desguaces. Pero como no hay posibilidad de comprar otros nuevos, los existentes se reparan y se vuelven a reparar. Y como no hay repuestos ni en la isla ni fuera de la isla, aparecen verdaderos casos de imaginación para hacerlos funcionar.

Hay un proverbio que dice que si a los 20 años no eres comunista no tienes corazón y que si a los 50 años eres comunista no tienes cabeza. Cuando salí de Cuba dejé enterrado el corazón de los 20 años, pero siguen latiendo los corazones de muchos cubanos que esperan que un día puedan salir y entrar libremente a ese maravilloso país.


Cristóbal López

No hay comentarios:

Publicar un comentario