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viernes, 27 de enero de 2012

LA IGLESIA DE TORDESILOS. UN RECORRIDO VIRTUAL.

Cuando el viajero se va acercando al pueblo, lo primero que divisa es el impresionante y majestuoso campanario de la iglesia, del cual hablaremos más abajo. Y es que, como es de todos conocido, antiguamente los pueblos se iban construyendo en torno a alguna fortaleza o a alguna iglesia, como buscando alguna protección.

Pero fijémonos en lo que nos interesa. Lo primero que observa el viajero al llegar a la iglesia es que da la impresión que está construida sobre alguna roca o montículo, y, al atravesar la puerta que da acceso al antiguo cementerio, podrá observar que desde allí se divisa gran parte del pueblo.

Una vez dentro del edificio, puede observarse que es una iglesia de planta rectangular en la que existen tres naves separadas por columnas, las cuales sirven como soporte de los numerosos arcos existentes tanto en sentido longitudinal como en sentido transversal a la dirección de las naves.

Si levantamos la mirada, irremediablemente nos encontraremos con que la nave central posee una bóveda de cañón y una cúpula con un pequeño castillete que hace la función de linterna, es decir, ilumina el centro. Esta nave central está compuesta por cerchas de madera, correas y tabla de ripia bajo teja árabe. Dichas cerchas apoyan sobre durmientes en los muros longitudinales existentes sobre los arcos paralelos a la bóveda central.

Las naves laterales también son de medio cañón, y la estructura de cubierta la componen pares bajo tabla de ripia y teja árabe. Dichos pares apoyan sobre los muros antes citados y los muros exteriores. Perpendicularmente a ellas, aparecen otras bóvedas, dando lugar en la intersección a lunetos.

El campanario, como puede observarse, es rectangular, y se accede al mismo mediante una escalera de caracol. Posee una cubierta a cuatro aguas con estructura de madera bajo tabla de ripia y teja árabe igualmente. Sobre dicha cubierta, y como veremos más adelante en el apartado de obras, se alza majestuosa una escultura del Sagrado Corazón de Jesús, cuyo peso, aunque no está reflejado en ningún lugar, quizá oscile entre los 400 y los 500 kilos.

Pero quizá lo más característico y único que posee la iglesia es su retablo. Data del año 1767, y es obra de los maestros molineses Miguel Herber y su hijo Cristóbal, los cuales presentaron y realizaron una estructura absolutamente nueva.

Dicho retablo, como afirma mi querido amigo Juan Antonio Marco Martínez en su libro “El retablo barroco en el antiguo Obispado de Sigüenza”, editado por la Excma. Diputación de Guadalajara, es una creación original, única en nuestras tierras “por la extraña exuberancia en lo ornamental; por los estrepitosos movimientos mixtilíneos de planta, cornisa y ornamentos; por la estructura de cuerpo central y dos colaterales (éstos con pabellón y dos machones sobre estilóbatos, y el cuerpo central enmarcado por dos columnas extrañamente abombadas en el primer tercio y por dos estructuras de arco en vacío y falsas columnas con esculturas); por los complejos coronamientos de laterales y macizos centrales; y por la caja lobulada del ático con falsas columnas”.

Pero dejemos que sea el mismo maestro Herber quien nos hable de su retablo.

“Pactos y condiciones con las cuales se ha de ejecutar la obra del retablo mayor para la iglesia parroquial del lugar de Tordesilos, anejo de Adobes, arreglándose a planta y perfil que presentó para dicha obra:

1. Primeramente es condición que ha de ocupar el sitio que consiste en 27 pies de altura y 24 de ancho.
2. Es condición que en los pedestales alzados de columnas y trabazón principal se ha de ejecutar según planta y perfil en arquitectura y adornos, y en los intercolumnios que manifiestan repisas para santos se ejecutaran los que fuese voluntad del Sr. Cura de la proporción que convenga al sitio; así mismo, a las que se ven demostradas que son San Judas y San Matías apóstoles.
3. Es condición que el tabernáculo se ha de ejecutar en la forma que demuestra el diseño en arquitectura y adornos, y en el globo que se demuestra, éste se ha de adornar de espejos por la parte interior, los que será su coste de cargo de la fábrica.
4. Es condición que en el segundo cuerpo se ejecutará el rebanco en la forma demostrada, como también las columnas curvas, como se demuestran sentando en ellas dos angelotes y así mismo regulándose a todo lo demás demostrado.
5. Es condición que se ha de ejecutar un nicho de la magnitud que permita el sitio, y así mismo, una estatua de Nuestra Señora de la Asunción con tres angelotes y tres serafines a los pies de la altura que permita el trono donde se ha de colocar.
6. Es condición que esta obra y la de Tordellego se han de trabajar en sus propios lugares, por estar en ellos acopiada la madera, y me obligo a ejecutar esta obra siendo de mi cargo los materiales por el precio de 10.000 reales. Y para que conste, lo firmo en Sigüenza, Septiembre 25 de 1767”.

El dorado posterior del retablo se contrató con José Satués, maestro de Zaragoza, por 7.600 reales, en el año 1771. Pero también es de justicia decir que este retablo vino a sustituir a otro que se construyó en torno a 1.529, por el que el pintor Pedro de la Puente recibió 38.070 maravedíes. Asimismo, hubo un intento fallido en 1735 de poner un nuevo retablo, obra de Pascual Navarro.

OBRAS REALIZADAS EN LA IGLESIA

El primer dato que tenemos de alguna obra realizada en la Iglesia data de antes del año 1643, en el que se nos cuenta que se pagaron a Juan de Palacios, maestro carpintero, 3.060 maravedíes por la obra de carpintería realizada en la sacristía.


Seguiremos informando…

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