artículos revista2012 revistatordesilos@hotmail.com fecha límite 30/6/12

jueves, 5 de agosto de 2010

MAS DE 90, MENOS DE 100. TODA UNA VIDA TORDESILANA

La mujer con más edad de Tordesilos es Clotilde Vázquez, el pasado 3 de junio cumplió 99 años, mientras que el hombre más longevo, Amparo Pérez, cumplirá 93 el próximo 16 de octubre.

Pregunta: ¿Cuál es el primer recuerdo que tienen de Tordesilos?
Clotilde: Cuando empecé a ir a la escuela, entonces comenzábamos con seis años y se acaba con doce. En esos años no sabíamos ni el aeiou. Las mayores enseñaban a las más pequeñas, y las chicas y los chicos íbamos a clases separadas.
Amparo: ¡Uy! Tengo ya la cabeza como los molinos esos de las minas y ya se me pasan muchas cosas. Hablaré del colegio, en clase estábamos unos 40 muchachos y jugábamos a San Isidro Labrador, uno se agachaba y el otro saltaba por encima y él ultimo se ponía de burro.

P: ¿Cómo eran ustedes de jóvenes?
C: Teníamos mucho respeto a los padres y a todo el mundo, sí, éramos prudentes y muy respetuosos. Enseguida empezábamos a trabajar en el campo, yo comencé a los once años de acarreadora, imagínate tenía que desatar las sogas de las haces de los tres machos que llevaba y no alcanzaba, tenía que subirme en un alto para lograrlo.
A: Éramos jóvenes de carne y hueso, antes había unas 35 mozas y unos 35 mozos. Y los domingos y días de fiesta se hacía baile y cuando acababa cantábamos a las mozas canciones como esta: “Cuando por tu cuesta paso tu madre me dice feo, otra vez que me lo diga saco la cola y le meo”. Nos lo pasábamos muy bien, claro que no había otra cosa.

P: ¿Se han adaptado bien a todos los avances?
C: Todo lo del campo ha cambiado muy deprisa, entonces era entonces y ahora es ahora. Mis hijos ya han tenido de todo, maquinaria agrícola, lavadoras… Yo iba a lavar a La Cobatilla, y sigo lavando a mano, nunca a máquina. La cocina también fue un cambio, del fuego en el suelo a la cocinilla y desde hace 50 años, el butano, fuimos de los primeros. Ahora a mi edad ya no cocino.
A: Yo creo que desde la posguerra a esta parte se ha avanzado en España más que en toda la vida. De muchachos, con siete u ocho años, íbamos a la eléctrica, al molino, a ver hablar por teléfono al tío Dámaso. Por no haber no había ni bicicletas, los mineros se juntaban en la esquina del Artillero para ir juntos los días que hacía ventisca para no perderse. En el campo, el cambio es impresionante, ahora se produce mucho más que antes con las mismas fanegas.

P: ¿Qué es lo más importante que ha vivido?
C: Siempre ha habido muchas cosas, a los diez años se murió mi padre. Pero también he vivido muchas cosas buenas, recuerdo cuando nació
Raimundo, que a mi madre y a mi marido les hizo mucha ilusión, luego tuve cinco hijos más. Además, nunca olvidaré el consuelo que obtuve de mis nietas Pilar y Angelines.
A: Estaríamos hablando todo el año y puede que no acabara. Empecé de pastor, no de continuo a los ocho años, y ya fijo a los once hasta que me tuve que ir a la guerra. En Tordesilos no hubo guerra, sin embargo, murieron una quincena de hombres. Creo que estos años de guerra son de los más importantes que he vivido, estuve preso por los rojos y fui soldado de los dos bandos.

P: ¿Cuál de todas las fiestas del pueblo prefieren?
C: Yo he hecho las fiestas de los tres patrones, San Roque, San Antonio y Santa Bárbara. Me han gustado las tres de siempre, pero no he salido a bailar nunca, a mi marido sí que le gustaba. La verdad es que prefería las fiestas de antes, en San Roque se llevaban tortas de cañamones, ahora ya no se hace, creo que antes el pueblo estaba más unido.
A: Eso va en genios, Santa Bárbara es una fiesta muy corta, se pasa en seguida, sin embargo en San Roque viene mucho personal y se divierten. Me gusta esta fiesta, en la que ya se subastaba la colcha cuando me tocó ser presidente, creo que estaba casado pero aún no tenía hijos, íbamos casa por casa a recoger dinero.

P: ¿Ha cambiado mucha la gente en todo este tiempo?
C: Mucho, han cambiado mucho. Antes se casaban y decíamos ya se han recogido, y ahora se casan y se desperdigan. Para los viejos todo está bien, pero creo que la juventud de hoy en día debería sufrir más y hacer sufrir más. La gente ha cambiado, pero son las propias personas las que lo han hecho. También es verdad que me da gozo ver como los más jóvenes consiguen cosas que antes eran impensables.
A: Hay un cambio tremendo, por ejemplo, si a mis abuelos les dijera como se vive ahora no se lo creerían. Hoy en día hay menos respeto, antes hacíamos cosas para el pueblo y no cobrabas por ello y ahora sí. Hoy hay más libertad y la gente tiene más dinero, yo voy al bar los domingos y días de fiesta y me gasto un euro, con 166 pesetas, antes comprabas cuatro borregos.

P: ¿Les queda algo por hacer?
C: No sé si me quedará algo por hacer, supongo que seguir viviendo. A mis años creo que ya no me puede quedar nada por hacer, ya ni me dejan trabajar en casa, como para pensar en otras cosas. En 99 años se puede vivir de todo ¿no crees?, cosas tristes y cosas felices, ahora toca seguir como estamos.
A: Yo creo que he hecho todo. A esta edad poco más puedes hacer, bueno para entretenerme tengo un huerto en la plaza, ahí paso las horas. Antes parecía que tenía manía al pueblo, pero ahora cada vez estoy más contento aquí. Esta es una de las etapas más felices de mi vida, mucho más que cuando era joven, entonces ni se podía hacer nada, ni se tenía dinero para hacerlo.

No hay comentarios:

Publicar un comentario